Ubicada en el sur del estado de Campeche, en plena frontera con Guatemala, la Reserva de la Biósfera de Calakmul es una joya natural y arqueológica que ofrece una experiencia única de contacto profundo con la selva tropical y la historia milenaria del mundo maya. Con más de 700 mil hectáreas, es una de las áreas protegidas más grandes de México y fue declarada Patrimonio Mixto de la Humanidad por la UNESCO por su valor ecológico y cultural.
Un pulmón verde con historia
Caminar por Calakmul es internarse en una de las selvas más extensas de Mesoamérica. Este ecosistema alberga una biodiversidad impresionante: más de 350 especies de aves, jaguares, monos aulladores, ocelotes, tapires y una gran variedad de reptiles y plantas endémicas. El denso follaje, los sonidos de la naturaleza y el aire puro hacen de este lugar un santuario vivo.
Pero la selva también guarda un tesoro arqueológico: la antigua ciudad maya de Calakmul. Esta metrópoli fue una de las más poderosas del periodo Clásico y rival directa de Tikal. Con más de 6,000 estructuras registradas, Calakmul asombra con sus pirámides monumentales —la más alta alcanza 55 metros— desde donde se contempla un mar verde que se extiende hasta el horizonte.
Una experiencia auténtica y silenciosa
A diferencia de otras zonas arqueológicas más concurridas, Calakmul conserva una atmósfera silenciosa y mística. Es común recorrer el sitio con muy pocos visitantes alrededor, lo que potencia la sensación de conexión con la historia y la naturaleza. El recorrido por las estructuras permite entender la complejidad urbana, política y espiritual de esta ciudad que dominó vastos territorios de la región maya.
Turismo sustentable y cultural
La reserva fomenta el ecoturismo responsable con la participación de comunidades locales. Existen alojamientos sostenibles en las inmediaciones, así como guías comunitarios capacitados que ofrecen información detallada sobre la flora, la fauna y la historia del lugar. También se puede visitar el Museo de la Naturaleza y la Cultura Maya, ubicado en el acceso a la reserva, para contextualizar la visita.
Cómo llegar y qué considerar
Calakmul se encuentra a unas 5 horas en auto desde Campeche capital, o bien a 3 horas desde Chetumal. La entrada a la zona arqueológica implica conducir aproximadamente 60 kilómetros a través de la selva desde la carretera principal. Se recomienda llevar repelente biodegradable, agua, protector solar, calzado cómodo y binoculares para observar aves y fauna silvestre.
Un viaje entre ruinas y selva viva
Visitar Calakmul es una experiencia integral: un viaje al pasado maya en medio de una de las últimas grandes selvas tropicales de América. Es un destino que invita a explorar, reflexionar y maravillarse con la riqueza natural y cultural de México. Para quienes buscan salir de las rutas tradicionales y vivir algo realmente extraordinario, Calakmul es un imperdible.