Ahora que ese vecino país anunció la apertura de su Aeropuerto Internacional, Philip Goldson, el 15 de agosto próximo, y que el deseo por salir y redescubrir el mundo está al límite, representa una excelente oportunidad.
Una oportunidad maravillosa para comenzar a planear una visita a ese, que es uno de los destinos que, además de ofrecer múltiples actividades al aire libre y tener altos protocolos de salud y seguridad, fue uno de los que mejor control tuvo durante la pandemia.
Además de implementar nuevos estándares de acuerdo con el Programa de Reconocimiento “Tourism Gold Standard” para hoteles, restaurantes y operadores turísticos, este paraíso caribeño cuenta con beneficios que lo hacen único e ideal para ser uno de los primeros sitios a visitar.
Con el nuevo estilo de vida, los destinos sin multitudes serán los que encabecen las listas de los viajeros; un lujo que será apreciado por muchos al encontrar un lugar donde la privacidad, relajación y el contacto con la naturaleza sean prioridad.
Será necesario un viaje con actividades relajantes y un ambiente tranquilo, donde el bienestar sea uno de los pilares principales.
En Belice pueden disfrutarse desde spas naturales y escapadas playeras, hasta explorar cuevas, arrecifes, adentrarse en la selva y admirar vestigios mayas sin hacer largas filas, ni afluencias sofocantes.
Gracias al adecuado uso de la tecnología, las medidas tempranas por parte del gobierno, como el cierre oportuno de las fronteras y el reforzamiento de la capacidad médica, Belice ha podido relajar gradualmente las restricciones sociales, pues no ha registrado nuevos casos de coronavirus.
De tal manera, es de esperarse que pronto pueda disfrutarse nuevamente de la autenticidad de este pequeño gran país que el año próximo celebrará el 40 aniversario de su independencia de la Corona Británica.