Energia de vida Alebrijes, una colorida tradición fantástica
Un jaguar se abre paso de entre la tosca madera amorfa, despierta con los colores que representan la energía de la vida y adquiere un nuevo significado en su forma de alebrije.
Han pasado más de 500 años desde que España conquistó lo que hoy se conoce como México, pero muchas tradiciones se mantienen intactas, asegura Zeny Fuentes, uno de los herederos de la cultura zapoteca quien mantiene intacta la herencia precolombina en pleno Siglo XXI.
“Soy indígena zapoteca, para nosotros el jaguar de nuestros antepasados anda suelto, aún lo está. Para mí nunca fuimos domesticados, como ellos quisieron (los españoles). Nosotros somos totalmente de la naturaleza, existe nuestra cultura aún, no nos la quitaron, no nos destruyeron, existen nuestras piezas y lo que hacemos es transmitir la energía, los colores”, asegura Fuentes.
El artista, nacido en Oaxaca, instruye a sus hijos, que son ya la cuarta generación de artesanos de su familia, en el oficio de hacer alebrijes. En su taller, rodeado de figuras, texturas, colores que lo trasladan a él y a sus clientes a Montealbán, el icónico recinto ceremonial zapoteca, Fuentes habla de cómo transforma la madera en estos animales tan reconocibles y, a la vez, tan fantásticos.
“Lo que nosotros hacemos es usar madera para alebrijes, pero no sólo la usamos, sino que contribuimos al medio ambiente a la naturaleza. Nuestro taller Zeny Fuentes cuenta con su propia reforestación, de mil 500 árboles, copales, pero también usamos cedros y ceibas”, explica.
El artesano dice que los símbolos representan las cuatro estaciones del año y los cuatro puntos cardinales, en esencia para él todo representa la vida, sus pasos, su luz y esa es la magia que acompaña la obra que mantiene viva una de las más hermosas y coloridas artesanías mexicanas.