La costa del Adriático croata es un mosaico de historia, cultura y belleza natural que atrae a miles de viajeros cada año. Lejos de las rutas turísticas tradicionales, la Ruta del Adriático invita a recorrer algunos de los rincones más auténticos y encantadores de este país balcánico. Aquí te presentamos cuatro paradas esenciales que combinan paisajes marinos, arquitectura medieval y una gastronomía anclada en la tradición del Mediterráneo.
Dubrovnik
Conocida como “la Perla del Adriático”, Dubrovnik es el punto de partida perfecto. Sus murallas medievales, perfectamente conservadas, rodean un casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Caminar por sus calles de piedra es revivir siglos de historia, entre iglesias barrocas, palacios renacentistas y miradores que se asoman al mar azul profundo. Además, su ubicación privilegiada permite explorar fácilmente islas cercanas como Lokrum o Elaphiti.
Ston
A una hora al norte de Dubrovnik, este pequeño pueblo es famoso por tener una de las murallas más largas de Europa y por sus salinas, activas desde la época romana. Aquí, el tiempo parece haberse detenido. La cocina local destaca por sus ostras frescas, cultivadas en las aguas limpias de la bahía de Mali Ston, y por los vinos blancos secos de la región de Pelješac. Un lugar ideal para hacer una pausa, saborear y contemplar.
Korčula
Esta isla combina playas tranquilas con un encanto urbano que recuerda a una Dubrovnik en miniatura. Su ciudad amurallada, que se cree es el lugar de nacimiento de Marco Polo, ofrece calles estrechas, plazas escondidas y un aire romántico al atardecer. Korčula también es sinónimo de vino: sus variedades locales como el Pošip y Grk acompañan perfectamente cualquier comida frente al mar.
Makarska
Ubicada entre el mar y la imponente montaña Biokovo, Makarska es el final perfecto para esta ruta. Conocida por sus playas de guijarros y su paseo marítimo animado, esta ciudad costera ofrece una mezcla de descanso, aventura y vida local. Desde aquí, se pueden hacer excursiones a cuevas, parques naturales o simplemente disfrutar de un baño con vistas espectaculares.
Conclusión
La Ruta del Adriático en Croacia no se trata solo de recorrer kilómetros, sino de sumergirse en un paisaje que cambia entre murallas, olivos, islas y montañas. Cada parada ofrece una razón para quedarte un poco más. Ideal para visitar entre primavera y otoño, esta ruta promete una experiencia mediterránea auténtica, sin prisas y llena de sorpresas.