El país entero se envuelve de los mismos tres colores, desde la Península de Yucatán hasta la Península de Baja California el verde, blanco y rojo envuelven a un país multicultural en una sola manta llamada México
México tricolor, que se viste de verde esperanza, blanco pureza de los ideales mexicanos y rojo de la sangre de los héroes que nos dieron patria y libertad. Aunque en estos días la decepción, frustración y hastío generado por la pandemia está a la orden del día, el 15 y 16 de septiembre todo eso quedará a un lado y saldrá a relucir el espíritu mexicano.
Desde la Península de Yucatán hasta la Península de Baja California, los colores del lábaro patrio envuelven a un país multicultural en una sola palabra que lo define: México… lindo y querido.
Las calles, los hogares y hasta los coches tendrán banderitas de adorno, ¿de dónde saldrán?, es un misterio no tan oculto, no va a faltar el vendedor que se pare en alguna esquina del centro de cualquier ciudad de México dispuesto a vender algún artículo tricolor para exaltar el espíritu mexicano.
En los hogares, los hoteles, los restaurantes, a la vista o de forma clandestina (porque en algunas ciudades el semáforo naranja o rojo vienen acompañados de “ley seca”), saldrán de las vitrinas o de sus cajas los caballitos de tequila con motivos muy mexicanos, el mariachi sonará en los reproductores de sonido y ocupará su lugar en las mesas o esquineros de las salas o en las maletas de los turistas que desean llevarse un “pedacito” de México.
No faltará el “gringo” que se ponga enorme sombrero de charro, de gala o de jornal diario, que sostenga una botella de tequila y pegue el grito a todo pulmón “Viva México…” sólo que le hará falta una palabra para completar la frase, pero no importa, ésta se encuentra en el imaginario colectivo y popular nacional.
Ser mexicano en septiembre es muy satisfactorio. Todos quieren ser amigos de un mexicano, o mejor aún, sus hermanos del alma, sus compadres, porque pocas cosas hay mejor que celebrar el orgullo nacional junto a un mexicano que canta, baila y llora por su país en una gran fiesta nacional.