EL CAMINO ENTRE LAS CORRIENTES DE AIRE

 

Los humanos que contemplan a las aves y sueñan con volar libremente, planear con el viento y contemplar el mundo desde otro ángulo han inventado artilugios para lograrlo

 

Uno de los más grandes sueños del hombre ha sido volar, para eso inventó aviones, pero en realidad su deseo es más cercano a hacerlo como las aves, sentir la libertad de navegar en el aire, el viento en el rostro y una vista panorámica de lo que ocurre en la tierra.

La física ha sido uno de los grandes aliados para los seres humanos, quienes así lograron crear “alas” de diversos tipos para planear entre nubes, aprovechando las corrientes de aire.

Vuelo libre

Ala delta es lo que podemos denominar como un aparato, así tal cual. Para alzar el vuelo hay que imitar a las aves, literalmente, es decir, en el despegue se comienza caminando, luego trotamos y, finalmente, corremos hasta “pescar” una corriente de aire y elevarnos por los cielos.

La empresa Vuelo Libre ofrece una experiencia en el espacio aéreo de El Peñón, en Temascaltepec, Estado de México. El despegue se realiza desde una montaña de 600 m sobre la zona de aterrizaje, que puede ser a pie o en juego de ruedas.

El servicio Básico ofrece 10 minutos en el aire, con un costo de dos mil pesos por persona. El Premium dura el doble, porque el piloto busca una termal, es decir, una columna de aire ascendente que surge debido al calor en el suelo para mantenerse 20 minutos “navegando”, el precio es de dos mil 450 pesos por persona.

Los más temerarios tendrán la oportunidad de probar su osadía en el “Vuelo del Águila”. Como la elegante ave de la que toma su nombre, el ser humano tendrá 45 minutos para sentir la fuerza G, la velocidad y hacer algunas acrobacias, desde El Peñón hasta Valle de Bravo, donde aterrizará cerca del lago. Este recorrido depende de las condiciones termales, el monto a pagar es de tres mil 190 pesos por persona.

 

PARAPENTE

Hay de aves a aves y de formas de volar a formas de volar. El parapente es otra, en la que el intrépido se lanza en lo que se define como un planeador ultraligero y flexible, muy parecido a un paracaídas, que aprovecha la aerodinámica para planear. En el proceso se incluye el impulso, la fuerza de gravedad y el ala diseñada para remontar, mantener y desplazar a un humano por el aire.

En Vuelo Libre explican que la diferencia entre el ala delta y el parapente es la posición del piloto y el pasajero. En el primer caso, el pasajero se engancha a un arnés, va acostado boca abajo y al lado está el instructor. En el parapente, el viajero va sentado sobre el arnés, con los pies colgando de forma libre, el instructor va atrás.

El horario de vuelo es de 9 a 11 de la mañana, con un costo de 2,200 pesos en la modalidad Premium.

 

PLANEADORES

Volar con las alas extendidas e inmóviles es literalmente planear, y la empresa Aerodynamic de México es una experta en esto de mantenerse en el aire, brindando el lujo de no poner los pies en la tierra por alrededor de 40 minutos.

El vuelo se emprende en Morelos, específicamente en San José Vista Hermosa, Puente de Ixtla, a la orilla del lago de Tequesquitengo, donde el clima es “semejante al del paraíso” y permite volar los 365 días del año.

Entre las opciones se encuentran el Vuelo Gaviota en Trike, un avión ultraligero con motor, un ala delta motorizada, dirían algunos, que depende de la pericia del piloto, quien además de vigilar los instrumentos de vuelo deberá tener la habilidad para manipular el centro de gravedad del aparato, en un momento determinado, el piloto apaga el motor y el silencio permite escuchar el susurro del viento.

La empresa ofrece el Vuelo Halcón, sobre las pirámides de la zona arqueológica de Xochicalco, sin duda una vista espectacular de los vestigios prehispánicos y de los dos lagos que rodean la zona. El costo es de mil 950 pesos por 40 minutos de vuelo.

El vuelo del águila en planeador se realiza en un avión ultraligero Pipistrel “Sinus”, que ofrece vistas panorámicas y baja emisión sonora, para un vuelo más cómodo sobre las termales de Morelos y Guerrero.

Y así, por breves instantes, el hombre se adueña de los cielos.

 

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