Ubicada en el corazón del sur de Campeche, Chicanná es una zona arqueológica que permanece fuera del radar turístico tradicional, lo que la convierte en un destino ideal para exploradores, viajeros curiosos y amantes de la historia. Este sitio maya, rodeado de una exuberante selva tropical, ofrece una experiencia íntima y auténtica con el pasado prehispánico de México.
Qué ver en Chicanná
1. Estructuras únicas de estilo Río Bec
Chicanná destaca por su arquitectura refinada, con edificios decorados con mascarones zoomorfos, detalles geométricos y fachadas imponentes. El Edificio II, también conocido como la “Casa de la Boca de la Serpiente”, es uno de los más emblemáticos por su entrada en forma de fauces abiertas, una representación del monstruo de la tierra maya.
2. Un sitio inmerso en la naturaleza
A diferencia de otras zonas arqueológicas más desarrolladas, Chicanná mantiene un ambiente selvático y casi místico. Durante la visita es común ver aves, mariposas y escuchar el eco de los monos aulladores en los árboles. Es un lugar donde la historia y la naturaleza conviven en equilibrio.
3. Cercanía con otras zonas arqueológicas
Chicanná forma parte de la Ruta Río Bec, un circuito de sitios mayas que incluye a Becan, Xpujil, Hormiguero y Calakmul. Esto lo convierte en una excelente parada dentro de una experiencia arqueológica más amplia en la región de Campeche.
Por qué visitar Chicanná
Este sitio arqueológico no solo ofrece una belleza arquitectónica notable, sino también la oportunidad de explorar la historia maya sin aglomeraciones. Es perfecto para quienes buscan alejarse del turismo masivo y reconectarse con la espiritualidad de un pasado milenario, en un entorno natural preservado.