“Wotoch Aayin”, donde el cocodrilo está en su casa

Reptiles, bioluminiscencia y luciérnagas, una experiencia inigualable en Isla Arena, municipio de Calkiní, Campeche

La experiencia de comer carne de cocodrilo es única, irrepetible y difícil de obtener, pero en Isla Arena, Calkiní, Campeche, los visitantes pueden probar la carne de este reptil a la plancha o al mojo de ajo, así como disfrutar de días de relajación entre el mar y el manglar.

El cocodrilo de Moreletti o cocodrilo mexicano es una de las muchas especies animales que estuvieron a punto de la extinción a causa de la caza y la destrucción de su hábitat, pues los habitantes de la costa mexicana del Golfo lo veían como una amenaza.

Sin embargo, el reptil, que a pesar de ser considerado una especie pequeña llega a medir cuatro metros de longitud, llamó la atención de empresarios que fomentaron granjas para su reproducción.

Uno de esos proyectos, la Granja de Cocodrilos “Wotoch Aayin” (La casa del cocodrilo), una Unidad de Manejo y Aprovechamiento Sustentable de Animales de la Vida Silvestre (UMA), surgió en 2006 en Isla Arena, con la única intención de preservar la especie.

“Nuestra intención original era tener 200 cocodrilos, pero en cuatro años alcanzamos más de 800, que se convirtieron en una carga económica muy pesada”, explica Carlos Rivero León, encargado de la granja.

“Estábamos pensando qué hacer con tanto cocodrilo porque no los podíamos liberar, sacrificar ni vender porque se trataba de una especie protegida en peligro de extinción”, añade.

Justo en ese momento, en 2010, fue declarado fuera de peligro. “La Semarnat y Ecología nos comunicaron que el cocodrilo ya se podía comercializar. Sin embargo, no sabíamos a quién venderle, ni en cuánto”, explica Rivero León.

Lógicamente, fueron víctimas de quienes sí sabían lo que los socios de la granja, seis hombres y seis mujeres, tenían. “Apareció alguien que me compró 120 ejemplares y me puso 120 mil pesos en la bolsa. No fue sino hasta que empezamos a sacrificar cocodrilos para vender la carne, la piel, el aceite, que nos dimos cuenta de lo que realmente vale un cocodrilo”.

Hoy, en busca de la sustentabilidad, la granja es el principal atractivo de un proyecto más amplio, que busca el aprovechamiento integral de la piel, carne y aceite obtenido del reptil, a través de cremas faciales, aceite, billeteras, fajas y zapatos.

Combinamos la cría de cocodrilos con el ecoturismo, pues de esa forma obtenemos ingresos que ayudan al mantenimiento de la unidad, añade el entrevistado.

El restaurante, que ofrece comida a base de mariscos y platillos de la gastronomía campechana, tiene área infantil, alberca, hospedaje en tres casas de dos habitaciones con dos camas matrimoniales cada una, en las que también se pueden colgar hamacas, están equipadas con aire acondicionado, ventilador, agua caliente, cablevisión y wifi.

“Wotoch Aayin” ofrece, además, bellos espectáculos naturales nocturnos. Los visitantes pueden disfrutar de cientos de luciérnagas que invaden el área y otro de bioluminiscencia en el área de manglares durante las noches en que hay marea alta.

En la zona también se pueden hacer recorridos por la zona de manglares, senderismo, avistamiento de aves, rentar kayaks y equipo de snórquel.

Las personas interesadas en hacer reservaciones pueden hacerlo en la página wotochaayin.com o llamar al teléfono 996 730 2969.

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