Comalcalco, cuna de Chocolate

El municipio tabasqueño ofrece un recorrido entre árboles, tradiciones, una ciudad prehispánica y las más dulces haciendas

“Vamos a Tabasco, que Tabasco es un Edén”, dice una popular canción. Y sí, en ese paraíso hay chocolate y qué mejor que hacer la Ruta del Cacao en el lugar donde se preservan los métodos tradicionales, donde hay diferentes variedades y donde la naturaleza ha sido generosa y exuberante.

Quien viaja a este estado de la República Mexicana podrá ver desde el cielo sus anchos ríos, los deltas que forman y las zonas en las que el azul del agua y el verde de la vegetación se mezclan y se complementan.

En este viaje encontrarás atracciones culturales, sitios arqueológicos, ciudades coloniales, una capital vibrante y, por supuesto, plantaciones de ese regalo de los dioses que es el cacao, además de calor, un intenso calor acompañado por excesiva humedad, así es que se recomienda al visitante tomar precauciones.

¿Por qué es tan importante el cacao? Los antiguos mayas consideraban que la bebida hecha con estas semillas era sagrada, de modo que sólo podían consumirla nobles y sacerdotes, la consideraban un energético y le atribuían propiedades medicinales. Además, también era utilizado como moneda en la época prehispánica.

Tabasco cosecha el 75 por ciento de la producción nacional de cacao. Sus tres principales casas productoras cosechan de 3 a 4 toneladas cada mes.

En la casa del comal

Nuestra ruta comienza en uno de los sitios más hermosos por su arquitectura colonial y porque en ese municipio se ubica una zona arqueológica edificada por los mayas chontales: Comalcalco, “Casa de los comales”, también conocida como “La perla de la Chontalpa”.

Su nombre proviene del vocablo náhuatl Comalli-calli-co, (Comalli, comal; calli, casa, y co, que es una terminación toponímica.

La ciudad maya tuvo su máximo esplendor entre los años 600 y 900  d.C. y fue abandonada abruptamente. Gracias a unos jeroglíficos, se sabe que su nombre original es Hoi Chan, que significa cielo anudado. Abarca una superficie de siete kilómetros cuadrados y está hecha de ladrillos unidos con argamasa hecha de conchas y ostiones, tiene grabados figurativos y glifos antropomorfos, zoomorfos, epigráficos, simbólicos y geométricos, que en su momento estuvieron decorados con relieves y figuras de estuco pintadas de rojo, azul, verde, amarillo y negro.

Ahí la tierra es perfecta para cultivar cacao. Los comalcalquenses se enorgullecen de decir que es un regalo de los dioses a Tabasco y de Tabasco al mundo.

El hogar de los chocolateros

El viaje continúa no sólo en distancia, sino también por vestigios de otro momento en el tiempo y en la historia del país, nos referimos a la época de la Colonia, en la que se establecieron haciendas dedicadas a la explotación del cacao.

Hoy la hacienda cacaotera Jesús María tiene una misión muy clara: rescatar y dar a conocer los valores culturales, folclóricos y artesanales con conciencia medio ambiental y, de forma particular, con el propósito de regenerar las últimas plantaciones del cacao criollo, cuyo sabor y aroma son destacables y muy disfrutables.

Su origen data de 1917 y actualmente hace chocolate de forma industrial, pero abrió sus puertas para que los visitantes puedan realizar un recorrido para conocer las plantaciones del árbol, conocer sus ciclos y el lugar que ocupan en el ecosistema.

Por supuesto, tiene una casona principal, en la que se disfrutan la arquitectura y la historia de la hacienda mediante una particular exhibición de vestidos costumbristas de la región. En la cocina hay utensilios clásicos y se tiene la oportunidad de elaborar chocolate casero tradicional.

Un punto interesante del recorrido es la oportunidad de observar cómo vivía la familia del trabajador de la hacienda, las diferencias entre los utensilios, la ropa, la cocina, los muebles y sus altares tradicionales.

La fábrica de chocolate es un imperdible. Después de practicar senderismo, se pueden observar las máquinas de tostado, descascarillado, prensado, triturado y pulverizado, así como el nacimiento del sabor de un producto del cual se sienten muy orgullosos: chocolate sabor Tabasco.

La mayor recompensa está al final, en la tienda de chocolates donde se ofrece una degustación de los que se elaboran en la fábrica y la oportunidad de adquirir los de tipo Gourmet, los de mesa, golosinas, confiterías, manteca y pasta y cocoas naturales de la marca insignia Cacep.

Otra hacienda que se pueden visitar en este municipio es La Luz, de las primeras en industrializar la producción de cacao para obtener el famoso chocolate de la Región de Chontalpa. Dentro de la hacienda está “El Museo del Cacao y Chocolate”.

La hacienda Cholula ofrece una experiencia similar, con recorridos guiados por las plantaciones en las que se aprecian la flora y animales, como los monos saraguatos, en su hábitat. En este lugar se realizan investigaciones sobre flora, fauna y técnicas naturales, con el fin de dejar un legado a las nuevas generaciones.

Si viajas en la última semana de noviembre podrás disfrutar del Festival del Chocolate, que se realiza en la capital del Estado, Villahermosa, e incluye a un país invitado, un salón del chocolate, con expositores que demuestran la gran diversidad de productos derivados del cacao; también organizan conferencias y talleres con chef reconocidos, concursos y eventos musicales.

Villahermosa tiene para ti un entorno de exuberante belleza natural, representada por la vegetación de sus parques, caudalosos ríos y hermosas lagunas. Es un lugar idóneo para estar en contacto con la naturaleza. Al recorrer la selva te encontrarás cascadas, aguas sulfurosas e, incluso, grutas.

La Ruta del Cacao al Chocolate ofrece visitas a las plantaciones de cacao, semilla que transformó al mundo al convertirla en chocolate; podrás visitar haciendas cacaoteras y la zona arqueológica de Comalcalco, única en el Mundo Maya.

Ruta Sierra es una región de cerros, selva tropical, aguas sulfurosas, fauna, la reserva ecológica Villa Luz y gran cantidad de cavernas, cuevas y grutas que representan un reto para realizar actividades como espeleología, rápel y senderismo. Todos los recorridos se complementan con paseos acuáticos.

El Pueblo Mágico de Tapijulapa, lleno de experiencias, enamora con la belleza de sus alrededores; Villahermosa, la ciudad capital, es rica en cultura y tradición y tiene su toque de modernidad; Nacajuca y Jalpa de Méndez nos deleitarán con los famosos corredores gastronómicos; Comalcalo, cuna del cacao criollo, se distingue por sus haciendas productoras llenas de flora y fauna que nos impresionarán con la variedad de actividades y conocimientos que ofrecen; Paraíso, tal cual lo describe su nombre, es una conexión con las playas, gracias a los embarcaderos que brindan un servicio de primera al pasearte por el Río Grijalva.

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