Al hablar de cenotes solemos pensar en la Península de Yucatán, pero lo cierto es que esas formaciones también se encuentran en estados como Tamaulipas y Chiapas.
Te sorprenderá saber que el cenote más profundo está en Tamaulipas, en el municipio de Aldama, con 339 m de profundidad, considerado el más profundo del mundo. En estas estructuras el agua normalmente se abre paso entre la roca calcárea, que aflora en el exterior en un pozo.
Es parte de un sistema de cinco cenotes interconectados: El Zacatón, Poza Verde, El Caracol, La Pilita y Poza Azufrada. Vistos desde el aire, el primero luce como un círculo rodeado de vegetación exuberante que a veces se ve oscuro y a veces color celeste, todo depende de la luz. Una vez cerca se percibe un fuerte olor a azufre.
El nombre de El Zacatón no es casualidad. Deriva de un grupo de “islotes” flotantes y redondos que se deslizan sobre el agua, tupidos de pasto conocido como zacate. Observarlas atravesar el pozo, cual barquitos de papel, es un espectáculo.
Durante años, su profundidad fue un misterio. Cientos de buzos se sumergieron para averiguarlo: Ann Kristovich bajó 169 metros en 1993 y Jim Bowden alcanzó los 282 en 1994. Sheck Exley falleció en el intento por llegar al lecho.
En 2007, luego de una serie de exploraciones a cargo de la NASA, los expertos determinaron que El Zacatón tiene 339 metros de profundidad. Para determinarlo, usó un robot denominado DEPTHX (Deep Phreatic Thermal Explorer), que pesa 1 mil 500 kilos, equipado con 100 sensores y 16 computadoras, que descendió hasta topar su fondo.
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