Con el fin del confinamiento se abre la oportunidad de un viaje corto en familia, a un lugar lo suficientemente alejado de casa que te ofrezca la oportunidad de disfrutar la sensación de libertad y cercano para evitar agotamiento al conducir
Al concluir la prolongada cuarentena y llegar a su fin el confinamiento se abre la oportunidad de hacer cosas que dejaste de hacer y, para eso, nada mejor que un viaje corto en familia, a un lugar lo suficientemente alejado de casa, que ofrezca la oportunidad de disfrutar nuevamente la sensación de libertad y el contacto con la naturaleza sin aglomeraciones, pero cercano, para evitar agotamiento al conducir.
Te sugerimos lugares que inviten a practicar actividades como andar en bicicleta, a caballo o caminar por bosques, cruzar puentes colgantes y senderos.
En caso de que tus hijos aún estén pequeños, es recomendable planear bien el viaje y pensar, sobre todo, en las necesidades del o de los pequeños para evitar que se convierta en una pesadilla. Hay, incluso, quienes, con base en la experiencia, consideran que es mejor pasear con un bebé que con un niño de entre dos y cinco años, pues los primeros básicamente duermen y comen y sólo hay que parar para cambiar el pañal, en tanto que los otros están en una edad en la que, por naturaleza, son inquietos.
Como sea, hay que estar consciente de que un viaje con niños limita las actividades, pero puede ser placentero y memorable si acatas algunas recomendaciones.
El destino
Si partimos de que en este momento un viaje largo no es recomendable porque la covid-19 está latente, hay que pensar en viajes cortos, que te permitan ir y volver en unas horas, aun cuando decidas quedarte una o dos noches en el lugar elegido.
Una sugerencia es que, después del encierro, elijas sitios en los que tus hijos, corran y jueguen en absoluta libertad, que la familia entera pueda disfrutar ese sentimiento, recorrer senderos, observar pájaros y sentir el contacto con la naturaleza.
Si decides visitar una ciudad o un destino turístico cercano no olvides revisar el semáforo epidemiológico de ese lugar y acatar en todo momento las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Evita por el momento los sitios con aglomeraciones, como los mercados.
En cualquier caso, es importante trazar tu ruta y programar paradas en lugares seguros donde puedan estirar las piernas, tomar aire fresco y usar los sanitarios. La improvisación puede dar buen resultado cuando viajas solo o con tu pareja, pero no si lo haces con niños. También deberás ser muy flexible con tus planes y aceptar que en cualquier momento pueden modificarse para adaptarlos a las necesidades de tus hijos.
La hora de partida
Si tienes niños muy inquietos o tu viaje será largo, hay quienes recomiendan salir de noche para que tus hijos viajen dormidos. Incluso, sugieren que durante el día previo tengan actividad para que duerman en el trayecto.
Sin embargo, si vas a un sitio relativamente cercano, la sugerencia es salir antes del amanecer, para que puedas cargarlos, acomodarlos y cobijarlos en tu vehículo. Si todo va bien, despertarán cuando estén cerca o ya en su destino.
En este caso, deberás subir al vehículo previamente todo el equipaje, el juguete favorito de tu pequeño, evitando los que causen un ruido monótono que te distraiga y estrese luego de un rato de estar escuchándolo, y dejar para el final una mochila de viaje que deberá estar a mano.
El equipaje
Si tu destino es cercano, es importante viajar ligero, con una o dos mudas de ropa para cada miembro de la familia o las que consideres necesarias si llevas a un bebé, en cuyo caso requerirás una silla infantil, que debe tener la altura necesaria para facilitar el ajuste del cinturón de seguridad.
Si los niños ya tienen más de cuatro años de edad, cada uno puede cargar su mochila de equipaje. Eso contribuye a darles seguridad y los hace sentir parte de la “tribu” familiar.
Te recomendamos tener a mano una mochila de viaje con lo siguiente: un termo con café y botellas de agua, de preferencia con chupón para evitar derrames; snack sólidos como galletas, frutas o sándwiches; toallitas húmedas y lo necesario para curar pequeñas heridas, incluso medicamentos para el mareo, resfriado y malestar estomacal, agua oxigenada, alcohol, curitas y gasas.
Entretenimiento
Procura que durante el viaje tus hijos no jueguen con celulares y tabletas electrónicas, sobre todo porque pueden causarles mareos y porque un viaje es una de las mejores maneras de mantenerlos por un rato alejados de las videoconsolas y los dispositivos móviles. Es mejor, en todo caso, que disfruten el paisaje –así previenes los mareos, pues toman conciencia del movimiento–, cantar juntos canciones infantiles o que mamá les lea un cuento para entretenerlos.
Hay quienes sugieren llevarles libros para colorear, pero en ese caso debes estar muy pendiente de que no pintarrajeen las vestiduras del vehículo. Si eso llegase a ocurrir, lo mejor es no perder la calma.
Es conveniente que cada niño lleve en un bolsillo o colgada del cuello, una identificación en la que no sólo se anote su nombre, sino también el de los padres, teléfonos, dirección y si el pequeño padece alguna alergia.
¡A divertirse!
Por sobre todo, hay que aprender a convivir en familia, inculcar en los pequeños la curiosidad por conocer nuevos lugares, enseñarles a respetar las costumbres de otros, el amor por la naturaleza y por su país.
Ten en cuenta que las condiciones cambiaron en los últimos meses, que la “normalidad” nunca será como la de antes y, por tanto, tendremos que aprender cuáles son las nuevas condiciones y adaptarnos.
Viajar con niños es mucho más fácil y agradable de lo que muchos imaginan, porque, a pesar de la complejidad logística, no hay nada como pasar el tiempo en familia. Sobre todo, no hay que dejar de divertirnos.
