Viajar con niños puede convertirse en un aprendizaje para los padres y abrir el mundo a los pequeños
Los niños son como esponjas aprenden todos los días a cada segundo, de ahí la importancia de tomarlos muy en cuenta al planear el viaje y, de preferencia, llevarlos a sitios en donde puedan desarrollar actividades en medio de la naturaleza.
Los niños también pueden nutrir su espíritu a través de un viaje, por lo que se recomienda buscar opciones en donde puedan entrar en contacto directo con alguna cultura y, de preferencia, en un ambiente en el que haya otros niños con quienes puedan intercambiar información sobre su forma de vida.
Estar en contacto con otras culturas no sólo ampliará su panorama del mundo sino que fortalecerá los valores de los que se habla en casa como el respeto hacia otras formas de pensar, la apertura a diversas maneras de hacer las cosas y la asertividad en la toma de decisiones.
La comida puede llegar a ser un momento difícil y también emocionante, con platillos nunca antes vistos, sabores no degustados y olores irreconocibles, el paladar de los niños se vuelve más amplio, diverso y rico en experiencias.
Al seleccionar el hotel se puede considerar estar en uno ecológico, les permitirá apreciar otra forma de vida, fuera de su hábitat cotidiano, y que incluye el conocimiento de las plantas y los animales de la zona.
Existen sitios que consideran fogatas nocturnas, en las que varias familias conviven y se cuentan historias típicas de la región mientras calientan algunos bombones y se genera un ambiente armónico y de camaradería.
Además, las excursiones a entornos naturales, en particular los bosques, permitirá a los niños aprender a respetar y establecer límites, por ejemplo, no sólo aprenderán que es importante depositar los deshechos en lugares adecuados sino que lo deseable es no generar tantos desperdicios.
También podrían generar conciencia sobre la importancia de no cortar flores ni hojas de las plantas del sitio, evitar dar de comer a los animales silvestres y mucho menos intentar llevarse alguno a casa pues generaría daño en el animalito y en el entorno nuevo.
Un viaje con niños permitirá a los adultos conocerse a sí mismos y a sus pequeños, contribuirá a definir la personalidad de los hijos y a la unión familiar a través de la convivencia y de las aventuras que inevitablemente se vivirán.
La conexión con la tierra y la naturaleza permitirá tener una conciencia de que el planeta es uno, se comparte con millones de personas distintas y la responsabilidad de cuidarlo y preservarlo es de todos.