Un poema trazado en el corazón de un bosque en San Luis Potosí.
En una de las zonas más altas de la zona huasteca se encuentra Xilitla, un pequeño pueblo que alberga grandes tesoros naturales; sus ríos, montañas y cascadas. Su belleza fue la principal fuente de inspiración de un hombre para crear estructuras y figuras fuera de esta dimensión y referimos al jardín de Edward James o las Pozas –nombrado así por sus nueve piscinas naturales- .
Además de las bondades que la madre naturaleza brinda a Xilitla, la creatividad de un hombre hicieron que este pueblo albergara algo fuera de esta dimensión, y nos referimos al Jardín de las Pozas –nombrado así por sus nueve piscinas naturales- o mejor conocido como Jardín Surrealista.
En alrededor de 40 hectáreas del jardín de Edward James viven 36 estructuras de concreto que conviven armoniosamente con la naturaleza, pero no de una forma convencional, sino con un toque místico y gótico que sobresale de su arquitectura. Son tan únicas que cada una recibió un nombre, Plaza San Eduardo, el Aviario, La Terraza de los Tigres, El Palacio de Verano y el Cinematógrafo, por mencionar algunos.
Caminar por un pasillo con siete serpientes de piedra, atravesar columnas con flores gigantescas y notar estructuras con escaleras sin destino hará sentirte como Alicia en el País de las Maravillas, pero también te hace preguntarte qué fue lo que le inspiró al creador para idear un espacio tan surrealista.
El diseñador de estas estructuras es Edward James, un inglés considerado por el artista Salvador Dalí “el más loco de todos los surrealistas juntos”. Edward era un millonario apasionado de las bellas artes que se convirtió en el mecenas de pintores surrealistas como el belga Rene Magritte y del español Salvador Dalí.
La historia sobre el jardín de Edward James
En 1944 viajó a Cuernavaca, donde conoció a Leonora Carrington y a Plutarco Gastelum, este último le platicó que en Xilitla crecían hermosas orquídeas, flores que obsesionaban a Edward. Juntos caminaron entre el bosque de la Huasteca Potosina, y ahí fue donde se desarrolló la leyenda urbana dice que fueron envueltos por una nube de mariposas, acto que describieron como una señal para plasmar en concreto sus grandes pasiones: las orquídeas y la fantasía.
Durante los años 60 y 70, Sir Edward James, invirtió fuertes cantidades de dinero en el jardín y contrató alrededor de 150 personas, entre carpinteros, albañiles y jardineros para que sus pensamientos volaran de su mente a la realidad.
En 1984 murió durante un viaje al norte de Italia y en 1991 las puertas del jardín se abrieron al público, quedando como encargado principal, su amigo Plutarco. Tras su muerte, las propiedades fueron vendidas a Roberto Hernández, Lorenzo Zambrano y al gobierno de San Luis Potosí, quienes formaron el Fondo Xilitla junto con la Fundación West Dean.
Si te llena de curiosidad el jardín de Edward James, te recomendamos visitar su museo, donde se exhiben algunos artefactos utilizados en la construcción de Las Pozas, fotografías del mecenas, artículos personales y un poco más de historia.
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