Mapimí, Pueblo Mágico, solitario y encantador
Ese pueblo minero, localizado en el desierto de Durango, fue escenario de diversos hechos históricos y capital del país durante la Intervención Francesa
Poca es la gente que camina y vive en Mapimí, pero mucha es la que habla, y bien, de este Pueblo Mágico y maravilloso de Durango y de México.
Es un sitio desértico, con mucha historia propia y de México. Ahí estuvo cautivo Miguel Hidalgo y Costilla y encontró refugio Benito Juárez durante la invasión francesa, de modo que por breve tiempo fue capital del país.
Mapimí es un sitio de gente cálida. Distante, a unas tres horas de la capital, Victoria de Durango, con unos siete mil habitantes, ofrece paisajes que parecen haberla estacionado en el tiempo.
Sus calles angostas y empedradas, en las que se observan algunos de los árboles que sobreviven con las pocas lluvias que caen, caracterizan al desértico lugar, cuya historia se remonta a finales del siglo XVI, cuando esta aldea de indígenas cocoyomes y tobosos se convirtió en un centro minero.
Según los registros virreinales de la época, el 25 de julio de 1598 los españoles hicieron su fundación formal al pie de la Sierra de La India, llamando al poblado Santiago de Mapimí.
Mapimí, que en Cocoyome significa Piedra en Alto o Pueblo Elevado fue declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y más recientemente la Secretaría de Turismo (Sectur) le otorgó la categoría de Pueblo Mágico.
El director local de Turismo, César Roberto Carlos Moreno, recuerda que Mapimí ha sido parte de diferentes etapas históricas de México, como la Independencia, la Reforma y la Revolución.
Aquí estuvo preso Miguel Hidalgo
“Aquí, a unas cuántas casas está el recinto donde estuvo preso Miguel Hidalgo, cuando lo apresaron junto con Allende y Abasolo”, agrega.
Además, sostiene que, pese al aire de soledad que predomina, tienen un poblado agradable, con casas antiquísimas, aunque con notorias evidencias del paso en el tiempo en puertas, ventanas y en algunas paredes desgastadas que dejan ver una belleza diferente.
Mapimí tiene edificios de gran interés. Uno es la iglesia de Santiago Apóstol, que data del Siglo XVI, cuya fachada de cantera sobresale junto a su única torre.
A escasos metros están el Palacio Municipal y la casa de Benito Juárez, donde permaneció en su huida de las tropas francesas y que, por breve tiempo, fue considerada Palacio Nacional.
“Aquí llegó Benito Juárez en 1864 y la casa en que vivió fungió como Palacio Nacional, aquí emitió decretos presidenciales, y en su andar traía consigo el Archivo General de la Nación”, explica el funcionario.
A escasos 10 minutos, sobre la carretera principal, se localiza el imponente puente Ojuela, que conectaba a finales del siglo XIX con la mina Santa Rita. Se le considera obra maestra de la arquitectura en Latinoamérica, con 318 metros de largo, por casi dos metros de ancho. Al cruzarlo puede admirarse una cañada de aproximadamente 120 metros de profundidad.
Pueblo minero
Mapimí era famoso por ser un pueblo minero y en la actualidad algunos habitantes continúan con ese oficio, gracias a una compañía que no ha dejado que la actividad desaparezca.
“Aún hay mineros, pues hace unos años una nueva compañía obtuvo algunas minas, pero la mayoría de la gente trabaja en la industria avícola“, precisa el titular de Turismo en Mapimí.
Contra lo que pudiera pensar quien ve su estampa desértica, Mapimí no está en el abandono. Por el contrario, en ese aire, esa atmósfera de soledad, radica su encanto principal, que hace que muchos viajeros visiten este Pueblo Mágico, atraídos por su historia, leyendas y sus casas dignas de una postal.
