El majestuoso río Bravo, conocido como río Grande en EE. UU., teje la frontera natural entre México y su vecino del norte. Quinto río más extenso de Norteamérica y vigésimo cuarto en el mundo, nace en las montañas de San Juan en Colorado, descendiendo con elegancia hasta el Golfo de México, cerca de Matamoros, Tamaulipas y Brownsville, Texas.
Con 3,050 km de serpenteante cauce, riega una cuenca de 467,000 km², un ecosistema vital. Alfuentes como Pecos, Conchos, Sabinas, San Juan, Salado, Álamo, Chama y Conejos, danzan junto a él.
Desde Chihuahua hasta Texas, abraza paisajes diversos: Montañas Rocosas, Desierto de Chihuahua y matorrales de Tamaulipas. Marismas, fuentes de agua y matorrales visten su recorrido.
El río, en su sinuoso trayecto, atraviesa tres paisajes ecológicos: Montañas Rocosas del sur, Desierto de Chihuahua y matorrales de Tamaulipas. Bosques, marismas, pantanos salinos y montes bajos componen este mosaico.
En el valle del Bajo Río Bravo, se teje un tapiz de biodiversidad. Millones de aves migratorias lo eligen para reponerse durante su épica travesía anual. La frontera une catorce ciudades hermanas e interdependientes. Su crecimiento anual del 3% refleja vitalidad.
Afronta un reto: la población aumentará un 175% entre 2000 y 2050, demandando creatividad y cooperación para equilibrar estas tierras compartidas.
