Déjate asombrar por una de las tantas bellezas de Chiapas
El cañón del sumidero es uno de los caprichos de la naturaleza que, además de milenario y lleno de exuberancia natural, da identidad a uno de los estados del país con más bellezas naturales, Chiapas, tan es así que forma parte del escudo de la entidad.
La historia de este portento de roca se inició en el Pleistoceno, hace millones de años, cuando las capas tectónicas se movieron tanto que literalmente se abrió la tierra, creando una oquedad dividida por un caudaloso río: el Grijalva. Hoy es un paraíso de flora y fauna diversa.
Fue un lugar importante para los pueblos indígenas en la época prehispánica. De acuerdo con historiadores, al llegar los españoles en 1527, algunos se sublevaron y, al ver que perdían la batalla, hubo rebeldes que junto con sus familias se arrojaron al Cañón para evitar ser esclavizados.
Ese acto de valentía conmovió al capitán español Diego de Mazariegos, quien pidió el cese del fuego. Los pocos sobrevivientes fueron rescatados y habitaron lo que hoy se conoce como Chiapa de Corzo, desde donde, en la actualidad, los visitantes emprenden el recorrido por el Cañón.
Aventura río arriba
Chiapa de Corzo es uno de los cuatro municipios chiapanecos que abarca el cañón, junto con Nuevo Usuma-cinta, San Fernando y Tuxtla Gutiérrez. Camino al embarcadero te puedes ver acosado por vendedores de excursiones, pero que no te agobien, el viaje y su costo es el mismo. Al comprar tu boleto en la única taquilla dispuesta, emprenderás un emocionante recorrido de 30 km sobre el río Grijalva.
Durante casi dos horas verás las imponentes paredes de roca, que superan los mil metros de altura, la tupida vegetación que cubre las faldas y los acantilados, creando impactantes panorámicas, así como por los anima-les en su hábitat natural, como monos araña, aves, cocodrilos de río que se asolean en la orilla y, si corres con suerte, podrías ver un ocelote.
Los muros de roca del cañón son ricos en carbonato de calcio, que se forma por la sedimentación de los esqueletos y conchas marinas, lo que significaría que el lugar estuvo cubierto por el mar hace miles de años.
Los lugareños han encontrado figuras caprichosas, que ahora muestran a los turistas, así verás “el árbol de navidad” y entrarás a la llamada “cueva de los colores”, y llegarás a “el escudo”, un punto donde se juntan los acantilados de ambas orillas para formar la imagen de un embudo, que es la que aparece en el escudo del estado.
Han sido contabilizadas más de mil 700 especies de flora y fauna, incluyendo 34 ame-nazadas o en riesgo de extinción, 43 en protección especial y 34 endémicas
La otra ruta
El cañón del sumidero se recorre por agua y por tierra. Al pagar tu boleto por el viaje en lancha, te dan una pulsera que te permite acceder a los cinco miradores.
La ruta inicia en Tuxtla Gutiérrez. Cada mirador tiene características únicas. El primero es La Ceiba, apreciarás por un lado el cañón y por el otro la ciudad de Chiapa de Corzo; le sigue La Coyota, donde verás la imponencia del cañón y la belleza de su vegetación.
En El Roblar caminarás por un sendero empedrado y con árboles para llegar a los acantilados; El Tepehuaje está justo en la curva del río Grijalva, desde donde se aprecia mejor la variedad de especies de aves; le sigue Los Chiapa, ubicado en el punto donde, se cree, se inmolaron los indígenas.
El último mirador es La Atalaya, donde además de admirar el cañón encontrarás un espacio recreativo para niños y una construcción de dos niveles para que puedas dar un vistazo final a esta joya geológica.
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