San Pedro Lagunillas es un pintoresco pueblo nayarita de rica historia, que se remonta más allá de la época de la Conquista, enmarcada en bellos paisajes, que bien vale la pena conocer al visitar este estado.
Se constituyó como uno de los cacicazgos del reino de Xalisco. A la llegada de los españoles, en 1530, era gobernado por Masmayo. De 1592 a 1604, realizada la conquista, el fraile Bernardo de Balbuena tuvo a su cargo la administración religiosa de las minas del Espíritu Santo y San Pedro Lagunillas, y su padre, del mismo nombre, la administración de las propiedades de los condes de Miravalle.
Durante esta época se desarrollaron encomiendas mineras y agrícolas, por lo que cobró auge la hacienda de “El Conde”, a fines del siglo XVIII. Durante la Guerra de la Independencia, en 1821, vecinos del lugar participaron en un combate librado cerca de San José del Conde a favor de la lucha libertaria.
Al recorrer el centro histórico, visitar el Templo de San Pedro Apóstol y la plaza “Los Mártires”, en donde se dice que, en 1861, Manuel Lozada “El Tigre de Álica” atacó e incendió San Pedro Lagunillas y murieron 260 personas.
También conocer el pueblo de Tepeltitic que tiene un pequeño y pintoresco malecón al borde de la laguna que lleva el mismo nombre, desde este lugar se pueden admirar los atardeceres entre los majestuosos cerros que a lo lejos delimitan con ella sus aguas de diferentes tonos de verde, ideal para nadar, la pesca deportiva, camping, entre otros. A la orilla hay restaurantes que ofrecen platillos típicos.
El municipio es rico en la preparación de los mariscos y platillos mexicanos como el pozole, menudo, tostadas, entre otros. Visitar el municipio sin saborear la mojarra frita y el chicharrón de pescado, a la orilla de la laguna de San Pedro Lagunillas y Tepetiltic, es imperdonable