A 50 min de la capital de Querétaro, colindante con la Sierra Gorda y los municipios de Ezequiel Montes y San Juan del Río, está Bernal, un pequeño Pueblo Mágico, de apenas 4,000 habitantes, que conserva un ambiente tradicional e íntimo, ideal para disfrutar las fiestas de Fin de Año.
Un impresionante monolito de 350 metros de altura –el tercero más grande del mundo–, considerado uno de los atractivos turísticos más importantes del estado, recibe al visitante. Es posible escalar una parte y disfrutar el paisaje desde las alturas.
Durante Navidad es tradición visitar el hotel Casa Tío Camilo, donde se monta un extraordinario nacimiento con más de 60 figuras hechas a mano, además de otros 70 nacimientos provenientes de países como Japón, Dinamarca y Perú.
A principios de diciembre la Finca Sala Vivé de Freixenet ofrece un concierto y cena de Navidad, en la que podrás disfrutar de buena música y comida deliciosa con maridaje de vinos locales. Al terminar, baila con música de DJ.
Por sobre todo, este Pueblo Mágico lleno de colores y vida ofrece tranquilidad y buen clima, gastronomía y artesanías locales.
Del siglo XVI al XVII, los chichimecas jonaces y pames que radicaban en la región estuvieron en pugna con los conquistadores. Bernal se fundó en 1647 para resguardar el extremo sur de la Gran Chichimeca, región que incluye a Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas.
La Peña de Bernal es para los concheros la puerta de entrada a la Gran Chichimeca, sinónimo del guerrero victorioso, conquistado, pero nunca vencido. A lo largo del año ahí se realizan ceremonias antiguas. Entre el sonido de tambores de los huehuetls podrás sentir a las esencias de las hierbas que llenan el ambiente y observar a los danzantes que se mueven alrededor del fuego.
Deja que el canto, la música, la danza y las esencias te conecten con el grupo y sé parte de un espíritu que crece y te hace suyo por completo.
Se puede visitar la peña de Bernal en cualquier época del año, durante las fiestas de la Santa Cruz o el equinoccio de primavera y adentrarse desde ahí en el mundo vinícola ya que está en la Ruta del Arte, Queso y Vino de Querétaro.
